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dimarts, 10 d’octubre del 2017

Els últims dies d'Alexandra David-Néel

El nuevo bienaventurado no tiene infancia; está dotado de antemano de todas las facultades que poseerá en el transcurso de su larga existencia. Junto a él hay un árbol y un pequeño lago: su lago, su árbol, a los que está vinculada su vida.

A: La Connaisance Transcendante, d'Alexandra David-Néel y Lama Yongden



Últims anys. Maison Alexandra David-Néel


Els últims dies d'Alexandra

31 de agosto. Aexandra habla sola:
-Por el golfo Pérsico... cuando fui a Japón... Golfo de Bengala... Y estuve en Lhasa.
A lo largo de ese 31 de agosto, los viajes que realizó desfilan por su mente. Algunos itinerarios la atormentan. Repite: "Estoy en Marsella y quiero ir a Pekín. Albert no quiere ir a Pekín". Yongden resurge para oponerse a los deseos de Alexandra. Cuánto se debate en este horrible delirio aquella que supo imponer su voluntad a todos, y en particular a Yongden.
Sus ojos brillan aún al pronunciar una de sus últimas palabras, "viaje". Después vendran ocho días, ocho interminables días de mutismo y agonía.

[Marie-Madeleine Peyronnet anota:]
"Lunes 8 de septiembre a las tres y cuarto de la madrugada. Último suspiro."

Alexandra acaba de entrar en las tierras desconocidas de la otra luz...

A Un destino luminoso, de Jean Chalon. Grijalbo. p. 453




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