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dimarts, 11 de març del 2014

El viatge al Marroc de Jean Potocki

Jean Potocki, per Alexander G. Warneck










Viaje al Imperio de Marruecos realizado en el año 1791


2 de julio

Me desperté viendo Tetuán. Esta ciudad está situada a una legua del mar, en un paraje en el que la cadena del pequeño Atlas se abre y deja ver valles más risueños. Aquella lejanía estaba iluminada mientras que las montañas bordean la costa, aún en sombras, ofrecían un aspecto más sombrío y salvaje. ¿Es todavía una ralación lo que escribo? No, pero cedo al sentimiento expansivo que experimentan los viajeros; y como escribiera un clásico: “No se querría ver el más bello paisaje del mundo si no hubiera nadie a quien decirle, mira que bello paisaje”. Si alguna vez publico este diario, será porque habré cedido a ese mismo sentimiento. Además, soy el primer extranjero que ha venido a este país bajo la simple condición de viajero. Y bajo este t´tulo al menos, mi viaje no estará por entero desprovisto de interés.


8 de julio

He recorrido la Caisseria que es lo que en Levante se llamaría un bazar y que me ha parecido una población comercial de tercer orden. Pero hay que tener en cuenta que los mercaderes tienen aquí la costumbre de extender solamente las muestras de las mercancías, las cuales guardan en almacenes en mayor cantidad. He admirado largamente las telas de fez y aun cuando no hubiera ningún otro monumento de las antiguas Dinastías que han reinado en esta parte de África que las artes que les han sobrevivido, no podría dudarse de que estas eran my florecientes. También he visto las famosas curtidurías que han motivado el nombre de marroquinería para los cueros teñidos. Los bordados, igualan a los de Constantinopla.
He visto en este mercado a los pregoneros que proponen las mercancías que quieren vender por el sistema de puja. Es una costumbre árabe que hay que conocer para comprender una infinidad de pasajes de Las mil y una noches.


23 de julio
en Tánger

El balcón en donde estoy escribiendo, estaba adornado no hace mucho con tres cabezas pertenecientes a los principales personajes de la ciudad, así como con la mano de Ben´-El-Arby-Effendy, el primer ministro del fallecido Emperador. He tratado de averiguar las circunstancias de esas desavenencias con España, pero aquí cuando se intentan recoger noticias no se alcanza a recoger más que las llamas de la crítica y hay que disponer de mucho tiempo para poder ver un poco claro y aún así se corre el peligro de escribir muchos errores.

7 de agosto
en Rabat
Muley Jessid tiene ya un considerable número de mujeres y durante su estancia en Fez casó con todas las jóvenes que tenían alguna reputación por su belleza. Pero su serrallo no estaba tan en orden como lo estuviera el de su padre. Las esposas legítimas tienen que compartir entre varias la misma habitación y no siempre tienen con qué vivir. Con frecuencia también, son regaladas como simples esclavas. En general, la que bebe mejor tiene preferencia y en este momento es una jerife descendiente del profeta la que disfruta de ese privilegio. El autor de la memoria se extiende aquí acerca de algunas orgías que tuvieron lugar últimamente en el serrallo de Mequinez. Creo obligado suprimirlas, observando solamente que dichos desórdenes han influido en las costumbres. se asegura que Fez y Mequinez están llenas de mujeres públicas; que al no recibir su paga los militares, sus mujeres ejercen casi todas ellas está profesión. Por último, las bebidas son vendidas públicamente.


14 de agosto
en Larache

Hemos recibido la visita del jefe de los eunucos. Es un desagradable negro perteneciente a una de las más repelentes variedades que existan de la especie negra y que une a esta fealdad, la deformidad específica de los seres de su clase. La flauta de Mercurio hubiera estado de más para dormir a este Argos, porque se encontraba tan bebido que no podía sostenerse sobre las piernas. Alguien le preguntó cómo se las arreglaría si era llamado por el Emperador encontrándose en aquel estado. Respondió que la presencia de tal señor les despejaba inmediatamente. Al marcharse quiso demostrarnos que sabía manejar a su montura y largándole un sablazo a un perro que pasaba, fue a caer cuan largo era sobre el pavimento. Tal es en la actualidad el tono de esta Corte. pero los buenos musulmanes se duelen y es imposible que esto dure.


6 de septiembre

Termino aquí la relación de un viaje que no he contemplado como una empresa de la que debía derivarse muchos conocimientos, sino más bien como una gira de placer, un paseo por otra parte del mundo, un cambio de paisaje, de cielo y de naturaleza, un proyecto de escuchar el silencio de los desiertos, las orillas agitadas del mar y de llevar mi pensamiento hasta los monumentos de antiguas ensoñaciones. No hacer nada es una ocupación tan dulce que está permitido tratar de variarla y hacerla más agradable aún. Porque los desiertos y su silencio, el mar y sus olas bramantes, la calma y las tempestades, los temporales y sus silbidos agudos, los paisajes y la naturaleza, son los verdaderos dominios del soñador solitario.
  

De Viaje al Imperio de Marruecos, de Jean Potocki.Traducción y epílogo de José Luis Vigil. Editorial Laertes.

Jean Potocki
El conte Jean Nepomucen Potocki de Piława, neix el 1761 i se suicida amb una bala de plata el 1815. Especialment conegut per El manuscrit trobat a Saragossa. El traductor José Luís Vigil el defineix així:
“Etnógrafo y viajero, historiador y erudito, científico y divulgador, narrador y dramaturgo, políglota y moralista, militar y político, la complejidad y riqueza de su personalidad quedaron reflejadas en las diversas obras que habrían de contribuir decisivamente al desarrollo intelectual y científico de Polonia.
[…]
Modélico diario de viaje, su capacidad de observación y de análisis unidas a su amplia cultura, le permiten plantear todos los temas e introducir todas las anécdotas con la sobria elegancia de una prosa de la que el siglo XVIII sigue poseyendo el secreto.”

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