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dimecres, 27 d’octubre del 2021

Un conte fang

El barbo, el gobio y el cangrejo

El gobio, el barbo y el cangrejo eran amigos. Un día fueron al bosque y hallaron un vivero rebosante de peces, entonces decidieron ir de pesca al día siguiente. Al volver al día siguiente, el vivero rebosaba de peces y se pusieron a vaciarlo.

Cuando se rompía la presa y el vivero volvía a llenarse de agua la achicaban otra vez. El cangrejo acarreaba la tierra para contener el agua, el gobio cuidaba el pescado y el barbo se ocupaba de arrojar el agua río abajo para que no entrara en el vivero.

Tras vaciar el vivero y atrapar muchos peces, decidieron quién iba a hacer el reparto. Salió elegido el gobio y este se puso a repartir el pescado; pero lo hizo tan mal que dio mucho pescado al barbo, él mismo cogió mucho pescado y al cangrejo le tocó bien poco. Entonces el cangrejo les dijo:

-El reparto ha sido nefasto, hacedlo de nuevo y bien, porque hemos sufrido todos por igual, a un individuo no le debe tocar más que a los demás.

Volcó el cesto de pescado al suelo y el gobio procedió a repartir el pescado por segunda vez; pero de nuevo lo hizo mal y, como sospechaban que el cangrejo podía volcarlo otra vez, así ocurrió lo que os vamos a contar en esta canción:

El gobio se lanzó y vino a sacarme una patita,
El gobio se lanzó y vino a sacarme una patita,
El gobio se lanzó y vino a sacarme una patita,
Por eso le corté por la mitad,
Ahora el gobio está con los muertos.

Pensaban que, amputándole las garras con las que comía y se defendía, lo dejarían indefenso o muerto y se llevarían el pescado corriendo al poblado. Esto es lo que esperaba precisamente el cangrejo y les cortó a ambos por la mitad como lo habéis escuchado en la canción.

Esto quiere decir: si habéis realizado juntos un trabajo, a cada uno debe tocarle una parte igual.


Recollit de: NGoo, Èfirá Yà Kára

De: Literatura oral de Guinea Ecuatorial: cuentos y narraciones. Eteo Soriso i Lopes de Sà (coord.) Ceiba.


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